Commodore fue una de las empresas que lideró la democratización de la informática a finales de los setenta y ochenta, cuyo legado permanece silenciado pero vivo en la actualidad. Con frecuencia olvidamos que estas compañías se desarrollaron en un contexto cultural y social que marcó de forma directa o indirecta su desarrollo. 2001: Una odisea del espacio fue una de estas influencias, y apareció ligada a Commodore como insignia del futuro en estrategias conceptuales, publicidad o de diseño industrial.

En Commodore Odyssey (1977-1985) se estructura la evolución de la marca a través de ordenadores de leyenda como el Commodore 64 o el Amiga 1000, acompañados del resto de su amplia producción (incluso de sus prototipos), pero sin dejar de lado el entorno en el que aparecieron. Su apasionante historia hasta 1985 se entrelaza con nombres excepcionales y variopintos como Bill Gates, Steve Jobs, sir Clive Sinclair, el presidente Ronald Reagan, William Shatner (el capitán Kirk de Star Trek), el artista Andy Warhol o Deborah Harry (la cantante de Blondie) y empresas que colaboraron o compitieron contra la Commodore cuasi militar de Jack Tramiel, como las pequeñas Micro-soft y Apple, Texas Instruments, IBM o Atari. La Odisea de Commodore había comenzado.